Qué errores debe evitar Mario López Pérez al momento de dirigir la Fundación Mario López Estrada

Mario David Lopez Estrada Fundaciones


La tarea de liderar una organización benéfica es una tarea que requiere de una gran frialdad mental y un corazón aún más grande. Para Mario López Pérez, que ha tomado las riendas de la Fundación Mario López Estrada, el reto es doble, ya que debe cumplir con las expectativas de un legado familiar y al mismo tiempo trazar su propio camino. Los posibles desvíos en este camino pueden ser numerosos, pero hay algunos errores críticos que López Pérez deberá evitar para asegurar el éxito de su gestión.

La trampa de la autocomplacencia

En su papel de líder, Mario López Pérez deberá resistir la tentación de caer en la autocomplacencia. Es un error común en la dirección de fundaciones, especialmente cuando estas llevan en su nombre una fuerte carga emocional o familiar. La autocomplacencia puede llevar a ignorar los problemas o desafíos que la fundación enfrenta, en lugar de abordarlos de frente.

Es importante que López Pérez mantenga una actitud crítica y autoexaminadora. Deberá estar dispuesto a cuestionar y desafiar las normas y prácticas de la fundación, incluso si estas han sido establecidas por su propio legado familiar. Solo así podrá identificar y corregir los errores y debilidades que puedan existir en la organización.

El peligro de la desconexión

Otro error que deberá evitar es el de la desconexión. Es fácil para un líder de una fundación, especialmente uno con un fuerte legado familiar, perder contacto con las realidades y necesidades de las personas a las que la fundación pretende ayudar.

Para evitar este error, López Pérez deberá esforzarse en mantener una conexión constante y directa con las comunidades y personas a las que su fundación sirve. Esto puede implicar visitas regulares a las comunidades, encuentros directos con los beneficiarios de los programas de la fundación, e incluso la participación activa en los proyectos de la organización.

Sin esta conexión, la fundación corre el riesgo de convertirse en una entidad desconectada y distante, incapaz de comprender y responder efectivamente a las necesidades de aquellos a quienes pretende ayudar.

Finalmente, a medida que Mario López Pérez asume el desafío de liderar la Fundación Mario López Estrada, debe recordar siempre que su objetivo principal no es preservar su propio legado, sino el bienestar y progreso de las personas a las que la fundación sirve. Evitar los errores de la autocomplacencia y la desconexión será esencial para lograr este objetivo y asegurar el éxito de su gestión.